jueves, 8 de enero de 2009

En un mar de estrellas


Pensé que la vida era un teatro, donde Dios admiraba desde el palco mas lejano a sus estrellas actuar.
Pensé en dar mi mejor esfuerzo, vivir con mi mayor ánimo, sufrir y amar con intensidad para que mi público no se fuera decepsionando. Pero no fue así a la mitad de la obra, con tan sólo un acto, mi público salió del teatro dejando la sala vacía, y me ví sola.
La soledad no es tan mala tomada con gotas de resignación y cuando los demás te aburren suele ser tu salvación. Pero cuando estas solo te das cuenta de quien eres, te ves sin trampas ni mentiras, sin falsedades, ni palabras dulces.
Y eso me sucedió a la mitad de mi actuación, con un teatro vacío y una soledad inmensa, intenté unirme a una nueva obra, a otros actores, pero ellos actuaban sin mi, no era necesaria mi presencia para que continuará la obra.
Ahora solo espero tras bambalinas que llegue mi momento y que pueda recibir miradas desde el palco mas lejano.

No hay comentarios: